Arte Rupestre

Además del castro, junto al yacimiento, en el escarpado farallón rocoso que desciende abruptamente desde la parte más alta de El Castillón en dirección al Esla; se encuentra un abrigo en roca con pinturas esquemáticas. Concretamente la una altitud es de 740 m y sus coordenadas geográficas son 41º51´20” de latitud Norte y 5º47´25” de latitud Oeste; siendo de pequeñas dimensiones (5,50 m de largo, con una profundidad máxima de 3,50 m y una altura que va desde 1,50 a 1,70 m, disponiéndose el espacio interior en forma de semicírculo). Conocido desde hace décadas, no será hasta 1987 cuando FERNÁNDEZ RIVERA se ocupe de su estudio y publicación, señalando que fue Santiago del Río, un vecino, su descubridor.

El abrigo desde el exterior
El abrigo desde el exterior

En el sector derecho del abrigo encontramos dos paneles con motivos pictóricos, más un tercero en la pared exterior de la visera que presenta este abrigo. El color predominante en todos los motivos representados es el rojo, aunque una misma pieza puede ofrecer distintas gamas cromáticas, lo que se debe, sin duda, a la acción de agentes erosivos y degradantes de las pinturas originales.

 En el primero de los paneles, el que se sitúa en el exterior del abrigo, se puede observar un grupo de ocho barras, de entre 25 y 55 mm de longitud. Su estado de conservación es relativamente aceptable pese a que hayan perdido gran parte del color, debido a su mayor exposición a las condiciones climáticas. La irregularidad de trazo y la anchura que presenta de media hace pensar en una técnica básica, dibujadas directamente con los dedos o con algún tipo de pincel muy tosco. 

 

En el primero de los paneles interiores encontramos un antropomorfo, representado con las extremidades inferiores formando un arco y la superiores con un simple trazo vertical, así como la cabeza y el falo. El estado de conservación es notable, ya que se ha mantenido libre de líquenes y de las manchas de cal que afectan a otros sectores del abrigo.

 

 

A la derecha de este antropomorfo, y separado por una gran grieta en el panel, nos encontramos con una serie de tres barras de diferentes tamaños y grosores.

 

Finalmente, el tercer panel, ubicado más hacia el interior, continene gran cantidad de motivos representados. Lamentablemente muchos de ellos se encuentran muy deteriorados por los líquenes y concreciones calcáreas, que de hecho cubren gran parte de la superficie pintada.

 

Entre los motivos plasmados nos encontramos con dos ancoriformes, en un estado de conservación bastante bueno, así como un arboriforme, parcialmente cubierto por la concreción calcárea que afecta la parte central del panel. Esta misma mancha afecta a otro motivo, muy difícil de detectar por estar muy deteriorado. Aunque a primera vista pueda ser interpretado como una gran flecha, su estudio nos lleva a pensar en un arboriforme o incluso un antropomorfo. Completando este panel por la parte superior, sobre una fractura de la roca se ven una serie de cinco barras verticales de diferentes tamaños, con el color también muy desvaído.

 

 

Referencias bibliográficas

 

 

 

  • FERNÁNDEZ RIVERA, B.: "Aproximación al estudio de las pinturas rupestres esquemáticas del Abrigo de El Castillón, Santa Eulalia de Tabara (Zamora)". Stvdia Zamorensía. Histórica, 8 (1987), pp. 29-37.