La Ciencia y la Técnica y la Mujer: ¿Una relación en igualdad?

Me gustaría hacer una pregunta ¿Qué hubiera pasado si científicos como Newton, Tesla o Galileo hubieran sido mujeres? Esta es la premisa que lanza la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas bajo la etiqueta #NoMoreMatildas. Nunca lo sabremos. Pero la Historia es clara: a la mujer se le invisibiliza en la Ciencia. Y no solo en la Ciencia, también en las Artes y en la Historia ¿O alguien sabe quién es Luisa Roldán, La Roldana? Retomando la primera pregunta, sabemos de la existencia de mujeres científicas a lo largo de la Historia. Grandes investigadoras que no han pasado a la Historia de la Ciencia debido a su condición natural, son mujeres. 

 

Estas mujeres han tenido que luchar (y lo siguen haciendo) ya no solo para que se reconozca la importancia de la investigación y desarrollo científico; sino para poder hacerse un hueco en este mundo tan difícil, tan invisible, especialmente en España, donde la mayoría del personal investigador vive, encadenando contratos precarios  y becas muy exigentes y poco satisfactorias.  Y a ello se une el invisible “techo de cristal” que sufrimos todas las mujeres.

 

 

11F: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER Y LA NIÑA EN LA CIENCIA: MUCHO MÁS QUE UN DIA:

 

Vayamos por partes. El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia se celebra el 11 de febrero porque así fue proclamado en el año 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. El objetivo era claro: lograr la igualdad en acceso y participación en la ciencia y técnica para las niñas y mujeres; así como su empoderamiento.  En definitiva, para conmemorar y reconocer la trayectoria de todas aquellas mujeres que han contribuido al avance de la ciencia y la tecnología y cuya labor muchas veces ha quedado en el olvido. De esta forma, la anualidad de este día internacional, que se celebró en 2016 por primera vez, fue impulsada por las iniciativas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la ONU-Mujeres y otras organizaciones competentes con el objetivo de promover el acceso equitativo y pleno de mujeres y niñas a la educación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (Educación STEM). 

 

Este día desarrolla también una temática en torno a la mujer y la ciencia. Este año, de forma obligatoria, ha pasado por la pandemia. Las científicas, líderes en la lucha contra el COVID-19 ha sido el lema elegid y se hará de forma telemática. Incluso en la pandemia producida por el SARS-CoV-2 ha demostrado que las mujeres han jugado un papel fundamental en la ciencia desarrollando vacunas y pruebas técnicas; y a la par, han sido ellas las que han sufrido el impacto negativo  ya que ellas han visto un freno a su carrera, especialmente aquellas que estaban en el inicio de la misma. En época de pandemia, la brecha de género es más ancha. 

 

En España también se están organizando actividades para conmemorar este 11 de febrero, especialmente reseñable dado el contexto social en el que nos encontramos.

 

 

LOS DATOS: LAS ESTADÍSTICAS Y LA MUJER EN LA CIENCIA Y TÉCNICA:

 

 

¿Por qué sucede esto? Una de las fuentes, la web de la ONG Ayuda en Acción explica las razones: la presencia de la mujer en el mundo científico y técnico es menos del 30% del personal investigador en el mundo. Y en España, los números también son espeluznantes:  “las mujeres ocupan el 25% de las plazas de catedráticas de universidad y profesoras de investigación en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Son el 28% de los profesionales que desarrollan su carrera en sectores de alta y media-alta tecnología.”

La ONG sigue con los datos, esta vez en la etapa adolescente: el 7% de las chicas desea dedicarse a la formación y carreras técnicas. Para los chicos el porcentaje se eleva al 21% , el triple.  

Detrás de estas cifras hay un hecho: el estereotipo de género. A las niñas le cuesta, según los datos, describirse como “brillantes” o “inteligentes”. En el siglo XXI de las niñas se espera que sigan siendo “guapas”, que estén en un segundo plano en cuanto a la ciencia o tecnología se refiere. Desde pequeñas oímos (y de adultas seguimos oyendo que se repite) ese discurso de “qué guapa es esta niña” “qué pelo tan bonito tiene” “¡mira qué presumida que se pinta las uñas”. Estos discursos calan en las esponjas que tienen por cerebros las niñas (y también los niños), por eso nos quedamos con el discurso, desde pequeños y pequeñas, de nosotras las guapas, las princesas indefensas que solo pueden esperar a la llegada de su príncipe azul. 

 

Y en la edad adulta la cosa no cambia. El estereotipo de género está más que presente. Nosotras vemos truncadas nuestra carrera por varias razones: se nos infravalora, se prioriza el trabajo masculino, y de forma especial, se nos aplican los roles de género. Nosotras debemos elegir entre la maternidad y el desarrollo profesional (lo que no ocurre con ellos, insisto), se presupone que “hemos nacido para cuidar”, véase hijos, hijas, padres, madres y personas dependientes. Y como no, las tareas del hogar. Veamos los números según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En España, el 95% de las mujeres cuida y/o educa a sus hijos diariamente, el 84% de las mujeres lleva a cabo tareas del hogar a diario, el 91,9% de las mujeres realizan tareas domésticas y se ocupan del cuidado de niños, ancianos y personas dependientes, dedicándoles una media de 4 horas y 29 minutos diarios, frente al 74,7% de los hombres, que dedican en promedio 2 horas y 32 minutos. Y eso se nota, eso ralentiza, cuando no pone freno en el desarrollo de nuestra carrera profesional ya que, como decía, en España la exigencia de tiempo del personal investigador es más que notable. 

 

Esto deriva en una  desigualdad real en todos los ámbitos, especialmente en el que nos ocupa, la ciencia y la tecnología.  Y para muestra un botón: las cifras del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para el año 2019.

 

 

Foto obtenida de la estadística del informe elaborado por el CSIC: “Informe mujeres investigadores 2019”

 

 

El informe Mujeres Investigadoras 2019, principal organismo investigador en España, que por cierto ha tenido a su primera presidenta, Rosa Menéndez en el año 2017, pone sobre la mesa una desigualdad que nosotras vivimos día a día. Incluso grandes investigadoras, como Margarita del Val en entrevista pública (diario ABC) declara que “Me ignoraban. Era invisible, me sentía muy discriminada”. Otras muchas investigadoras ven y viven situaciones surrealistas: explicaciones innecesarias, reuniones a las que no son convocadas, infantilización y sexismo. Todo muy lejos de la sociedad (o lo que debiera ser) del siglo XXI.

 

 

LAS PROTAGONISTAS. ELLAS LAS CIENTÍFICAS, UN RECORRIDO HISTÓRICO: 

 

La presencia de las mujeres en la ciencia y la técnica no es algo del siglo XX-XXI. Ni mucho menos. La mujer en la ciencia ha estado presente en el mismo momento que el hombre.  He de reconocer que esta parte es muy laboriosa, pues, tal y como se ha visto hasta ahora, desde el principio hemos estado invisibilizadas e, incluso, como le sucedió a Mary Shelley con su Frankenstein, todo su esfuerzo y trabajo es atribuido a un hombre. Por esta razón, seguro que me dejo en el tintero a muchas compañeras. A todas ellas, gracias por su trabajo.

 

Veamos un recorrido cronológico.

 

1. Antigüedad clásica: Hypatia de Alejandría, matemática, astrónoma y filósofa. Theano de Crontona, cosmóloga. Aglaonike, astrónoma.

2. Edad Media: Roswita, literata.  Hildegarda de Bingen, naturalista, médica, literata… Jacobina Felice, médica.

3. Edad Moderna: Maria Angela Ardinghelli, matemática y física. Tarquinia Molza, compositora y filósofa. Cristina Rocatti, física y poetisa. Elena Cornaro Piscopia, filósofa y primera mujer en recibir un doctorado de universidad. Mary Anninig, palontóloga. Maria Sybilla, entomóloga.

4. Edad Contemporánea. Ada Lovelace, matemática, inventa, junto a Charles Babbage, el antecedente de los ordenadores. Elizabeth Blackwell, médica, aboga por mejorar la higiene en instituciones sanitarias para acabar con el tifus. Marie Curie, la gran científica dos veces Premio Nobel, matemática y física que descubrió, junto a Pierre Curie el polonio y el radio. Lise Meinter, física descubridora de la fisión nuclear. Otto Hann, compañero de Meinter,  recibió en Nobel por el trabajo de Lise. Alice Ball, química y primera mujer afroamericana en licenciarse en Washington. Desarrolla fármacos contra la lepra. 

 

 

En el siglo XX cabe destacar a Cecilia Payne-Gaposchkin, astrónoma que descubrió que el sol está compuesto por gas hidrógeno y helio. Su trabajo fue constantemente rechazado, hasta que años más tarde, otra investigación consiguió darle la razón. Grace Hopper, científica de la computación que creó el lenguaje común orientado a negocios. Rita Levi-Montalcini, neuróloga descubridora del factor de crecimiento nervioso y por ello recibió en Nobel. Hedy Lamarr actriz que sienta las bases del wifi moderno y el bluethood. Su trabajo es apropiado por un hombre. Rosalind Franklin, química descubridora de la doble hélice del ADN. De nuevo, el mérito fue a parar a, en este caso, Watson, Crick y Wilkins. Françoise Barré Sinoussi bioquímica, gana el Nobel en 2008 por sus estudios sobre el VIH. Valentina Tereshkova, astrónoma e ingeniera que fue la primera mujer en el espacio. Josefina Castellví, bióloga y oceanógrafa primera mujer en dirigir una base antártica, Gabriela Morreale, médica que introdujo la prueba del talón. 

 

Si nos paramos a hablar de la mujer y la ciencia en el siglo XXI, haré especial mención a científicas españolas, como son Margarita del Val, química, viróloga e inmunóloga destacan, dada la actualidad, sus trabajos sobre la respuesta inmune frente a patógenos en modelos animales de infección y vacunación. Margarita Salas, bioquímica, trabaja sobre el ADN de la polimerasa de los virus. Flora de Pablo, médica especialista en biología celular y molecular. Alicia Calderón, investigadora del proyecto de colaboración internacional del detector de partículas CMS. Diana de Inés, farmacéutica traductora científica, colaboradora  en los laboratorios Novartis. Sara Rivera, química y maestra que ha trabajado para el Instituto de Nanotecnia de Aragón. 

 

 

LOS NOMBRES DE LAS HUMANISTAS: LAS INVESTIGADORAS DE SEGUNDA FILA:

 

De sobra es sabido que dentro de la investigación, la que se corresponde con las Humanidades y Ciencias Sociales ocupan una segunda fila. Y no es porque sean investigaciones que no sean interesantes. Por acotar, me centraré en el mundo de la arqueología, dadas las razones obvias.

 

Gertrude Bell dirigió excavaciones en Siria e Irán, Gertrude Caton-Thompson, quien observa y es pionera en la importancia de la deposición. Dory Garrod, quien evidencia la domesticación de perros. Katheleen Keyton, con sus excavaciones en Siria. Honor Frost, descubridora, entre otros hallazgos, del Palacio de Alejandría. Mary Douglas Leakey, descubridora del primer fósil humano.

 

De estas arqueólogas  cogen el testigo otras como Patricia Martín, arqueóloga e investigadora del IPHES y trabaja sobre el Neolítico de Atapuerca. Sara Casamayor, investigadora de la Universidad de Salamanca, especialista en los estudios de género  y vejez de la Antigüedad Clásica. Laura Coltofean,  especialista en  la historia de la arqueología en Hungría y Rumania en los siglos XIX y XX. Ethel Allué, investigadora del IPHES sobre Group of Analyses on Socio-ecological Processes, Cultural Changes and Population dynamics during Prehistory. Y otras que comienzan ahora la investigación en un mundo tan duro, Sabrina Bianco (UB-IPHES-CERCA/Fund. LaCaixa), Chiara Messana (IPHES-CERCA-URV/FI-DGR), Antonietta Del Bove (URV-IPHES-CERCA), Andión Arteaga (URV-IPHES-CERCA).

 

Ellas lo tienen más difícil, pues las becas y cuantías económicas son mucho menores, sin embargo ayudan al avance científico y a la cultura, ellas también forman parte de la misma situación señalada, pero que se ve incrementada por la concepción de ser unas “investigadoras de segunda”. No, no lo sois. Y vuestro esfuerzo y trabajo debe ser visibilizado. 

 

 

LAS ACCIONES DEL 11 F:

 

Hoy es un día de méritos y reconocimientos, de visibilizar el trabajo de la mujer en la ciencia y de convencer a las niñas que es posible y que son capaces de dedicarse a este mundo que, aunque pocas, trae muchas satisfacciones. Por ello, se han puesto en marcha, diferentes charlas en el mundo escolar y actividades llevadas a cabo por asociaciones como Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, especialmente su campaña “Efecto Matilda” que trata de recuperar las figuras de las científicas ignoradas a lo largo de la Historia.

 

Zamora Protohistórica